Bueno, pues ahora sí. Ya estamos en Navidad. Ha sido encender la radio del coche esta mañana y oir la cantinela de los niños de San Ildefonso cantando los números de la Lotería Nacional, y ponérseme ese cuerpecito de vacaciones, alegría e ilusión que siempre han tenido para mí estas fiestas... Unas fiestas que cada vez lo son menos, la verdad, debido a ese afán consumista que las va adelantando un poco más cada año, y hace que tengamos en los grandes almacenes y supermercados, productos navideños de todo tipo, desde mucho antes de Todos los Santos. Y eso me molesta, porque, al final, esas cosas que hacían para mí especiales estas fiestas, a fuerza de anticiparlas tanto y repetirlas, casi he terminado por aborrecerlas.
La idea, el contenido escrito y los collages de este blog, son "cosecha propia". Las imágenes, escogidas de la Red, no. Si eres su autor/a y quieres que ello conste, no tienes más que decirlo. Este blog no tiene fines comerciales ni ánimo de lucro.Ha nacido sólo para divertimento de su autora, empeñada en resaltar la importancia de las cosas sencillas.
lunes, 22 de diciembre de 2014
miércoles, 10 de diciembre de 2014
ENTRANDO EN AMBIENTE...
Si hay algo que no suele faltar a la hora de decidirnos por decorar la casa en estas fiestas, es el Árbol de Navidad. Los suele haber de todas clases, de todos los tamaños e incluso de varios colores. Los tradicionales suelen ser, naturales ( coníferas de hoja perenne como el abeto y el pino ) o artificiales ( generalmente, copias de los anteriores, algunas muy bien conseguidas, de plástico o de otro material sintético ). Aunque su magia está en el relleno: múltiples y variados objetos colgantes, hechos de diferentes materiales y lucecitas fijas o parpadeantes del mismo o diferente color, rematado todo con una gran estrella en lo alto... Y debajo, ¡¡los regalos!!...Sin ese relleno, el árbol de Navidad no ejercería sobre nosotros esa fascinación que, desde pequeños, nos hace asociarlos con la luz, alegría y abundancia unidas a estas fiestas.