Eso dicen de ella. Probablemente, no sólo por su presencia exterior tan rotunda y el misterio que encierra, ( nadie sabe lo que contiene su interior hasta que se abre ), sino también por su frescura, su dulzor y su llamativo color, que la hacen irresistible…
Su elección no es sencilla porque, aunque aparentemente sean todas iguales, su interior puede ser una sorpresa y no responder a las expectativas de textura y sabor imaginadas.
Dicen que para no llevarse decepciones, hay que escoger aquellas que tienen una mancha amarillenta en la zona que ha estado en contacto con el suelo y que al darle unos golpecitos con las manos, suenen a hueco, como si “retumbaran” por dentro. Y he dicho golpecitos, eh?... Que los he visto a guantazo limpio con ellas…
Según he leído, se han encontrado semillas de sandía en un asentamiento libio de hace más de 5.000 años, y en algunas tumbas egipcias, incluida la de Tutamkamón, han aparecido, además de semillas, pinturas relativas a este fruto, que en sus orígenes, era muy agrio, por lo que se ha llegado a la conclusión que eran tan apreciadas por su alto contenido en agua.
De hecho, en 1924, un corresponsal de National Geographic observó que en Sudán, en épocas de sequía, sus habitantes conservaban las sandías en lugares frescos y sombreados, para machacarlas luego y así obtener su agua. Con el paso del tiempo, este fruto fué objeto de determinadas modificaciones genéticas, pasando de su color amarillo y su sabor acre y desabrido, a convertirse en lo que Mark Twain definió como "la comida de los ángeles" o un "lujo apto solo para elegidos".
Por otra parte, los expertos en nutrición, llaman a la sandía: "la fruta que es buena para todo". Y es que, además de su alto poder hidratante, es altamente depurativa; muy rica en licopeno, sustancia que contiene en mayor cantidad que los tomates, y que junto a otros componentes, hacen de ella un producto natural, muy eficaz para la prevención de cánceres como el de pulmón, próstata y tracto digestivo. Además, reduce la hipertensión arterial, calma el dolor muscular y ayuda a recuperar el músculo fatigado, lo que la convierte en la preferida para los deportistas.
Se puede tomar de muchas y variadas formas. Directamente del producto, o en forma de helado, sorbete, batido, zumo...incluso como ¡gazpacho!. Y cualquier ocasión es buena ..., aunque, francamente, algunas no sé como se las arreglan... La chica de abajo, por ejemplo, así, en esa posturita, con la sandía haciendo equilibrio en la mano izquierda y el tenedor en la derecha, es imposible que pruebe bocado...
Aunque, eso sí. Está monísima... |
Pero la cosa no queda ahí, porque la sandía también ha llegado a los accesorios y complementos, de modo que, aunque parezca increíble, algunas la llevan siempre "a mano"...
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Aunque lo más cool es ponérsela como visera...Así no hay sol que se resista...
Y nada más refrescante que abanicarse con ella, o llevarla colgada del cuello, para irle dando mordiscos cuando a una le apetezca...
"Y entonces
cruza el cielo
el más fresco
de todos los planetas,
la redonda, suprema
y celestial sandía."
"Es la fruta del arbol de la sed,
Es la ballena verde del verano".
"...Se abren sus hemiferios
mostrando una bandera
verde,blanca, escarlata
que se disuelve
en cascada, en azúcar,
en delicia!."
"Cofre del agua,
plácida reina de la frutería,
bodega de la profundidad,
luna terrestre.
Oh pura!
en tu abundancia se deshacen rubíes
y uno quisiera morderte
hundiendo en tí
la cara,
el pelo,
el alma!".
ENTRADA NUEVA: VACACIONES EN EL MAR
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