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domingo, 30 de noviembre de 2014

EL CAQUI, DE MODA.

 
El caqui ( o Kaki ), es una de las frutas de esta temporada, junto a la chirimoya, la granada, el kiwi, el limón, el mango,  la mandarina, la manzana, la naranja, la pera, el plátano y la uva. El otoño es la mejor época para su recoleccióm y consumo. Así nos lo recuerda el Ministerio de Agricultura en un tríptico elaborado al efecto, aunque, para darse cuenta de ello, sólo hay que darse una vueltecita por las fruterías del barrio o los supermercados, y fijarse...

Yo, debo reconocer que soy muy de ideas fijas para la fruta y de las naranjas no hay quien me saque.  Es la fruta que más me gusta para después de comer, excepto en verano, que la sustituyo por los melocotones, o la sandía, el melón....Por las mañanas no  suelo tomarlas, ni siquiera en zumo, desde que descubrí que me producían acidez, y por las noches, tampoco, pués, al menos para mí, son muy diuréticas. Por eso, convencida de los muchos y diversos beneficios que tiene la fruta, he ido ampliando horizontes en este sentido, y, por ejemplo, en Septiembre he tomado muchas cerezas ( picotas, para ser más exactos, y del Jerte, que están buenísimas ); en Octubre, se me han antojado las uvas, enormes y "negras", en Noviembre, he empezado con las mandarinas ( por favor, sin pipas) y ya terminando el mes, me estoy aficionando a los caquis...
El caqui no es, para mí, una fruta demasiado conocida. Lo probé hace mucho tiempo y mi impresión es que  era muy dulce y me llenaba demasiado, quizá por la costumbre, adquirida desde niña, de tomar la fruta después de cada una de las comidas fuertes: almuerzo y cena, y que su carne tiene mucha fibra, por lo que siempre había preferido las naranjas, que, aún teniéndola también, su zumo las hace mucho más ligeras... Pero mira por donde llevo una temporada intentando comer la fruta sóla, entre horas, o en la cena, acompañada de una ensaladita ligera...Y resulta que he vuelto al caqui. El otro día, al pasar por la fruteria, no pude resisitirme, al verlos allí, expuestos, tan naranjas y tan brillantes... Y ahora, últimamente es lo que ceno. Un par de ellos, y tan campante.
Me gusta porque es una fruta con un sabor muy dulce y su carne,  de textura suave y ligera, tiene un gran número de propiedades. Un estudio llevado a cabo por el departamento de Química Analítica de la Universidad de Valencia, concluye que un caqui al día permite la ingesta diaria de hierro, calcio y magnesio recomendada. Tienen un alto poder antioxidante con grandes cualidades anticancerígenas y son ricos en vitamina A, B1, B2, C, así como en potasio, lo que los hace muy recomendables para personas hipertensas o con enfermedades cardiovasculares.
Proceden de un árbol cuyo nombre en griego lo dice todo sobre la exquisitez y bondad de su fruto: "Diospyros kaki" (Dios= Dios; pyros=fruto), "Fruto divino o Fruto de los dioses". Y además de caqui o kaki, también se le llama "Palosanto", porque es a primeros del mes de Noviembre cuando empieza a recolectarse, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos. Es un gran diurético natural, con mejores resultados que los diuréticos de farmacia, ya que, según dicen, no producen la pérdida de potasio que ocasionan éstos. Combaten el estreñimiento y previenen el envejecimiento prematuro, combatiendo las arrugas, patas de gallo, manchas de la piel, calvicie...y, ¡ojo!, los efectos de la resaca...
 También hay que tomarlos en su grado de maduración justo, y se pueden consumir o bien con cucharita, que es el que se recolecta ya maduro con la pulpa blanda, y el "Persimon", que es el que a mí me gusta, con la pulpa dura, con cuchillo y tenedor, " al dente". Y con ellos, además, se pueden hacer unos postres exquisitos: helados, tartas, sorbetes, espumas, mermeladas, batidos...


Pese a tener un color tan bonito, ese rojo anaranjado brillante que tanto llama la atención y que sólo verlo ya te da energía y subidón, el color que conocemos con su mismo nombre, no tiene nada que ver con él. El caqui o Kaki, de "pasarela", tiene su origen en los uniformes militares, concretamente ese fué el nombre que le dieron los británicos al color del uniforme de sus tropas coloniales  de India, Afganistán y Pakistán, resultado de la costumbre de sus soldados de mezclar las ropas blancas que vestían, con polvo, para que se camuflaran mejor con el entorno. De ahí su nombre, que proviene de la palabra india Khaki = polvo. Era un tono como amarillo-naranja, muy claro.
 

 A partir de la primera Guerra Mundial, ese color originario de los uniformes de los soldados británicos fué oscureciéndose, adoptando un color verde oliva que también denominaron kaki y que  luego se extendió a los ejércitos de otros paises, adoptando diferentes tonalidades: amarillos ocres, ocres verdosos..., hasta hoy que se se sigue utilizando liso entero o formando parte de un patrón de camuflaje.Y no sólo como modelo de uniformes militares. En la "sociedad civil", es utilizado como un color deportivo, casual y elegante, muy favorecedor, por lo general. Y hoy, de última moda.


Según algunos, este otoño/invierno, el color caqui militar es el color básico de la temporada, viniendo a sustituir al negro, tan socorrido siempre. Y lo podemos ver en todo tipo de tejidos, texturas y para todo tipo de ocasiones. Sólo o combinado con otros colores: negro, ocres, grises o verdes,  o acompañado de bordados, puntillas, tules, que suavizan y "frivolizan" la austeridad y el rigor de un color asociado a la vestimenta militar. Ejemplo de ellos son los modelos de abajo, firmados por Alberta Ferreti, Pierre Balmain y Valentino.
Y también ha sido el color escogido por algunos diseñadores, en sus colecciones para la primavera/verano 2015, como por ejemplo, Ralph Lauren, que lo utiliza en tejidos de seda, acompañado de joyas que le dan mucho glamour, o mezclado con colores fuertes



Precisamente, en esta colección, el diseñador apuesta también por el que, al menos para mí, es el color auténtico de la fruta del caqui. Ese naranja o rojo anaranjado brillante que tanto favorece y que utiliza, o bien como color único o mezclado con otros, especialmente con el color caqui-militar, complementándose ambos perfectamente. Y aquí está la muestra:     

Y finalizo esta entrada, demostrando como "algunos" no se andan con demasiados remilgos a la hora de zamparse los caquis que les apetezca. Sencillamente, esperan a que estén maduritos, se encaraman directamente en el arbol, y se atiborran...


     Voy a ver si me han dejado alguno.... Hasta pronto!...

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