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lunes, 15 de agosto de 2016

EL PAREO


Es otra de las prendas que jamás pasa de moda. Probablemente, la más sencilla. Algo que no puede faltar en el "fondo  de armario" del verano, sobre todo, si te vas de vacaciones a la playa. Es práctica, versátil, favorecedora..., y encima, ocupa muy poco espacio en la maleta.



Según lo que quieras dejar ver o tapar, e incluso el momento del día en que te encuentres, lo puedes utilizar como falda larga o corta, como vestido palabra de honor, con el cuello halter, o con lazada a un lado o a otro… Y todo, de una manera cómoda, sencilla y barata.


Eso sí. El pareo falda se lleva atado con un nudo lateral o en el centro, y a la altura de la cadera. Nunca a la cintura y siempre por debajo del ombligo, a mitad de tripilla, para disimularla, y si estás cual "tabula rasa", cuanto más abajo del ombligo, mejor. ( aunque en ese caso, da igual donde te lo pongas porque te va a quedar siempre perfecto). También enrollados y sin atar quedan muy bien, la dificultad está en cómo sujetarlos, aunque siempre se encuentra la forma...

Son estupendos para cuando no te apetece lucirte demasiado y muy insinuantes, lo que hace que te sientas, además de cómoda, sensual y hasta sexy, a lo que sin duda contribuyen: su transparencia, su vaporosidad, su variedad de colores y estampados llamativos y su perfecta adaptación a la silueta. Todo lo cual es mucho para un simple trozo de tela. De ahí el boom de esta prenda en su momento y de ahí la cantidad de fans que tiene todavía.


Anudado a la cadera, o al centro del pecho, en plan vestido palabra de honor, es ideal para cuando llega la hora de levantarse de la tumbona y acercarse al chiringuito de la playa a tomar la cervecita del mediodía o simplemente dar un paseo, en plan tranquilo, por la orilla del mar , "ligando bronce" de manera moderada.



O anudado por detrás del cuello, con cada uno de sus extremos cruzados por delante, en plan más sofisticado, son perfectos para el café o la coca cola de media tarde, en el chiringuito, antes del último baño del atardecer. 



Y es que, en mi opinión, es una prenda para usar en la playa, por las mañanas y hasta que se va el sol. No por la ciudad, ni por la noche.., ¡¡¡ni con tacones, por dios!!!.


Y, además, para esos casos en que no sabes qué hacer con él, te lo puedes poner hasta en la cabeza y así, además de proteger tu pelo del aire y del sol, estás diferente e impresionante, algo así como las chicas de abajo, un pelín exageradas, la verdad, pero muy divertidas...



Con ellos así puestos, no te despeina ni "el levante" de Cádiz. Y hay muchas formas de llevarlos, de modo que  si eres de las que no te gusta llamar demasiado la atención, puedes probar a ponértelo de una forma más sencillita, aunque no por eso menos eficaz contra el viento y favorecedora.


Para las partidarias del todo en uno y, sobre todo para las que les gusta simplificar al máximo e ir a la playa con lo indispensable, están las "foutas", también conocidas como "toallas de flecos", "Kikoys", "toallas turcas", "toallas tunecinas", "pareos tunecinos", "toallas pareos"... 

                                                                 En fín, estas...




Los que las usan, y, sobre todo, los que las venden, destacan entre sus bondades: Que son grandes
( mínimo 1m x 2m ); suaves ( 100% algodón); no pesan; son muy absorbentes; apenas ocupan espacio, enrolladas o dobladas; secan muy rápido; cuanto más se lavan, más suaves se vuelven; son multiusos: lo mismo te las puedes poner de pareo, de chal  o de foulard, que tumbarte encima para tomar el sol o leer sin que te roce la arena, o secarte con ellas…


Ellos "matan" por una fouta y así como los pareos clásicos no les favorecen nada, con estas toallas se encuentran muy cómodos, casi como si salieran de la ducha, luciendo falda sin complejos, con todo el morbo que eso supone... Y encima, están a la última.

Este fué uno de los pioneros...
Ideales para mucha, mucha playa, mucho surf, mucha vida al aire libre, mucha naturaleza... Perfectos para olvidarse y pasar de los convencionalismos, de la rutina diaria, de la formalidad en el vestir, de la obligada necesidad de dar una imagen siempre impecable y sentirse más uno mismo, aunque sea sólo por unos días; sin ataduras, más libre...

A algunos qué bien les sienta!!!
En fín, que tanto el pareo como la fouta o el kikoy... son unas prendas básicas e indispensables en la playa. Yo hace ya tiempo que les he encontrado una utilidad magnífica, y, ¡oye!, desde entonces, paso el verano comodísima...

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